Todo lo que te quiero decir, no lo puedo escribir. Todo lo que quiero escuchar, no lo vas a decir. Todo lo que quiero ver está más allá del horizonte de tu blusa. Y temo mucho que el tiempo se me escurra entre los días como el agua que corre por los ojos de un niño pequeño.
Temo que se escape la chispa de mis letras entre las metáforas, que se pierda la esencia del mensaje, temo que llegue tarde, temo que se malentienda. Tus ojos llenos de curiosidad que te traicionan cada tanto, que buscan y buscan con cautela, a ver quizás si aún pienso en vos. Me dejan ver que a lo lejos, buscas lo mismo que yo, lo mismo que las palabras que se encriptan en el cielo. Un recuerdo, un anhelo, la dicha de vivir en un mundo pequeño para dos. Aunque este sea imaginario, vale más que la eternidad de tu ausencia.
No me conformo ni deserto.