Ahora bien, te conocí de casualidad un día de abril ya las lluvias estacionales nos habían dejado un vacío profundo, pasabas casualmente por esa calle central, y casi no recuerdo el color de tu ropa, ni la hora, ni como me encontraba yo en ese momento, sólo recuerdo tu sonrisa y valga decirse que mi mundo se comprimió a tal punto que una brisa lo habría llevado de un lado a otro meciendolo y aún así nadie ahí lo hubiese notado, concentraste mi atención en tu cuerpo, tus labios, tu cintura... Y podría seguir. Sólo tenía 21 y ya alucinaba contigo... te acercaste a mi esa misma tarde, fingiendo de la manera más inocente que habías perdido tus aretes y el sólo hecho de querer ayudarte hizo que se creara en mi una conexión, el primer cigarro, uso esta metáfora por que aunque en ese momento me parecias inofensiva, me alborotaste tanto la cabeza que de mi solo quedó un niño asustado.
Pasaron los meses de habernos conocido, ya no sólo éramos amigos, ya te llamaba - amor - y tú lo correspondías, los meses más felices fueron como siempre los primeros, los siquientes cigarros, me encandila tu ánimo, eres exelente alentando a la gente, aletargando sus miedos, permitiéndoles surgir, crecer y conmigo no fue la excepción. Yo crecí contigo, asomaste a la ventana al extrovertido, al seguro, al diestro y eso fue tán efímero que no logré adecuarme y lo perdí todo.
El cáncer, 13 de octubre, ha pasado un año y tengo la fuerte sospecha de que estas embarazada, y no entiendo por que no me lo dices, vivimos juntos hace 3 meses y haz empezado a sentirte extraña, lo sé, ese bebé crece dentro tuyo. Se que no es mio, por varias razones, la principal y más ovbia es que a pezar de todo lo que hacemos en la cama nunca hemos tenido relaciones sexuales normales, dices que no puedes por lo que pasaste hace tiempo, ese terrorífico suceso, a cualquiera paralizaría, pero eso no explican, tus cambios de humor tan repentinos y esas citas constantes al ginecólogo, lo más triste para mi, es que noto que te sientes culpable.
El cáncer es inminente, despues de romper mi cabeza y de tratar de negar mi propia paranoia, lo he encontrado, ese pequeño trozo de papel, tan acusador, perdido entre el caos de nuestras constantes peleas, perdido en el desorden que no te dejo camuflar más esta mentira, esa pequeña tira de papel con resultado positivo a un embarazo que aun es secreto. No sé como decirte que lo que encontré, como abordar el tema, siento que ya no tenemos ni un minuto de paz en esta casa, y finalmete en una de las tan recurrentes histerias, lo digo, sin pensar, con crueldad, y te quedas espantada como si en algún lugar de tu cuerpo te hubieses perdido, y el silencio se hizo envolvente. Te pregunto ahora ¿quien es el padre?, ¿quien es mi contrincante?, ¿por que lo hiciste?, y cada pregunta se torna más inútil que la anterior, y sólo me voy hundiendo en mi propia calamidad de pensamiento y preguntas que con sinceridad no quiero saber la respuesta. Salgo de la casa huyendo no solo de ti si no de mí, de mi propia locura, debe ser locura saberme engañado y aun pensar en darte oportunidad de explicarte, de que me mientas a los ojos y me digas con toda desfachatez que aún me quieres...
Ella seguía en casa, pensando en el futuro, en el pasado, ese tán cruel que a ella no la deja dormir, y que hace tiempo con un hombre ella era feliz, pero el destino, perro ingrato le arrebató lo que más quería, a los hombres de su vida, su hijo primogénito recién nacido, y al padre, en un accidente de tránsito, ella nunca se llegó a perdonar por soltar de forma instintiva a la cría que en brazos llevaba para salvar su propia vida, siempre fue dura consigo misma y eso la mortificó por años, transformóse la personalidad y la estabilidad de su propia realidad. Y la verdad de su propio embarazo es que existe sólo en su mente...
Él aún iracundo por lo ya relatado, está ahora ebrio de coraje por la infidelidad del ser que había llegado a amar en tan poco tiempo, ciego por los recuerdos que embargan su razonable visión y que casi por instinto lo hacen regresar a casa. Ya no hay nadie, entra a la sala que los ha visto tantas veces discutir y se recuesta, mas bien se desploma en un sofá desaliniado e intenta dormir.
Han pasado ya unas horas desde que la mujer salió y entonces el recuerdo de la última discusión lo despierta, lo atormenta esa idea que se pasea como una sensual y peligrosa mujer ante sus ojos, el alcohol resulta inhibido de su organismo y está más conciente a cada momento, entonces la idea de buscar pruevas, buscar indicios, buscar lo que sea para conseguir respuestas y empieza su búsqueda de un lugar a otro, se mueve como un predador acechando a su presa, cuando en un cajón de ropa encuentra lo que estaba buscando...
Mientras tanto ella a casi un kilómetro de la rivera de un río camina con lágrimas en los ojos, con la cabeza gacha y una profunda tristeza sólo camina. Caminando llega a la mitad de un puente colgante en completa soledad, mirando con desafiantes ojos el fondo del rio, en su mente sólo pasa la idea de que será madre y que no necesita de nadie que esté con ella, por que esos que juraron quererla se han ido. —Yo no necesito de nadie para criar te a ti mi bebe—. Se repetía con cierta demencia que se escurría por sus ojos llorosos, la mujer coquetea a con la caída paseándose por el borde de este puente, que tenía un barandal incompleto y en muy mal estado, con ojos llenos de una realidad que no era, pero cuanto le habría gustado de fuera suya, su hijo, dentro de su mente él crecía, pero la realidad tan bastarda con algunas mentes frágiles juega y hace destrozos a quienes más afectadas están, el niño era producto de él afán reiterado por la culpa de aquel accidente que le arrebató a su primer hijo, era tanta la necesidad de su mente por corregir su error que iba al ginecólogo una vez a la semana por supuestos síntomas de embarazo que supuestamente persivia, un período retrasado, hiperémesis , aseguraba que los múltiples test de embarazo que se habia hecho salían positivos sin falta alguna, no podia ser coincidencia.
Dentro de un cajón de ropa desordenado guardados están múltiples documentos médicos, fichas de atención, citas caducas al ginecólogo y al psicólogo, tomose el tiempo necesario para desenmarañar lo que encontró en este escondite pero el hombre aún no entiende los motivos de aquellas citas, en especial las del psicólogo, él nunca supo que en algún momento ella fuera a tratarse con un psicólogo, favorablemente dentro de la cita programada para el 10 de octubre, tan sólo unos días atrás está el número del consultorio, dada la hora en la que se encontraba estaba seguro que sería en vano intentar llamar así que lo dejó, entretenido por encontrar respuestas, habre un sobre con una carta arrugada que claramente no dio buen recaudo en su receptora quizá por el frustrante mensaje que así decía:
Querida Lucíana,
Nuestras citas avanzan favorablemente desde la primera hace poco menos de un año, quiero decirte que eres alguien muy fuerte... Y muy bella... esta carta es para decirte que no podremos tener más citas, profesionalmente estamos perdiendo el rumbo y ya no me siento capaz de tratarte, esto que tenemos Lucíana no debe continuar, no es sano, tienes novio y yo soy tu terapeuta, maldita sea!!.... Que estamos haciendo
Lo lamento mucho.
Su novio, el mensionado en esta carta ahora manchada por gotas de lágrimas que nublan más que sólo su vista, esta roto ahora, no hay nada que pueda alvidar su pesar, los celos de ese hijo que ella lleva adentro de si seguramente es tán infame como lo es ella. —Tengo que acabar con este dolor—. Se decía él mientras salía de la casa buscandola. Ya no quería explicaciones, solamente su dolor debía terminar.
La bella mujer que jura tener un feto en el vientre llora sentada en el borde de un puente, su mente oscila entre la realidad y la que ella misma creó, ella recuerda la última cita en el ginecólogo cuando este le dio la fatal noticia de un embarazo utópico, ella jamás lo tomó como cierto y la duda ahora la consume vivir en dos realidades en este punto al borde de un puente es casi tan peligroso como optar por dejar ambas realidades con un pequeño movimiento al vacío. Los pensamientos suicidas son siempre el final de un camino lleno de insertodumbre, la cumbre, o el valle más profundo la locura te envuelve y tu principio de auto conservación se ve abatido por la frustración de una realidad que te purga de si misma, en el último instante y como si estuviera predestinado el final llega para ambos, el hombre, en silencio se acerca a ella, y justamente a la distancia a la que su sombra toca el hombro izquierdo de su ex-amada, ella exclama que se detenga, si él avanza algún centímetro le daría el coraje suficiente para acabar con su vida, y él desenfunda una navaja envuelto en ira, una guerra fría se desataba en su cabeza, la mujer, sin voltear pero con pleno conocimiento de lo que ahí pasaba dice "nunca me tocarás ni a mi ni a mi hijo",antes de el último suspiro cayó en cámara lenta como si la caída fuese eterna y él no pudo hacer nada, cayó de rodillas llorando por la pérdida de esa mujer, que lo hizo sentir tanto en tan poco...
Fuiste tan crusial y efímera en mi vida, me dejaste marcado, mi vida no volverá a ser la misma.