Ya es de mañana, el cuerpo ya no está intoxicado y ya casi no te recuerdo...
Una noche bastante loca ¿eh? tomé por lo menos 6 whiskies, y casi no te recuerdo, estaba oscuro, sólo alucinaba con el brillo de tus ojos, los rizos de tus cabellos negros y tus manos acariciando mi cara. Ese lugar me trae muchos recuerdos, en esa disco tomé mi primer trago, dí mi primer beso, y ahora... Me propone este reto, olvidarte.
Me volviste loco, me sacaste de mi zona de confort con tu "hola" y más, tu adiós... pero que esperaba, viniste sólo por un verano y ya quería que te quedarás para siempre, me causa gracia que pasé tanto tiempo con gente que ni me conoce, y tú, en un breve tiempo hayas escarbado en lo más profundo de mis miedos y alegrías, llegaste desprevenida y te tenés que ir igual, eres una dulce droga, que no mata el cuerpo; sino, el sueño, de que los cuentos de hadas se quedaron en sus libros, tremendo golpe de realidad que pegas al huracanado paso de los creyentes en utópicos placeres dignos de ser contados.
Los narcóticos; como el amor, tienen dos caras, y ambas son tan destructivas cuando muestran ese lado oscuro y siniestro, que al final sólo te deja experiencia y un pequeño vacío en alguna parte de tu propia existencia. La desintoxicación como yo la veo puede ser el momento más rudo que enfrentarás y que te abrirá el paso a crecer o el que te tirará al suelo y te fundirá la vida en una lágrima que lo condensa todo. Es curioso que dos mundos distintos choquen en un punto del espacio y creen tanta destrucción y que tus besos que alguna vez fueron dulces, hoy me consuman como algún ácido de origen perverso. Felizmente ya no estas aquí, ya no puedes verme, y ver lo que dejaste atrás, por que no lo soportaría. Ya es de mañana, ya estoy desintoxicado, ya no regreses a crear más caos.