LA RAZA MÁS FUERTE pensamos todo el tiempo, diferenciandonos del resto de primates, orgullosamente levantamos los ojos al cielo y creyendo que existe algo más trascendental para nosotros que nuestra propia vida, decimos que somos el últimos eslabón de la cadena alimenticia y de todas las cadenas que existen. El acaparador del ambiente que se adaptó a todo clima y medio ambiente disponible en el globo, superpoblando la esfera azul con desmesura, como si los feroces animales, fueran a diezmar nuestra población, y no al revés. Ocupamos la tierra de las fieras silvestres e incluso la tierra que corresponde a los ancestrales pulmones que nos brindan este recurso invisible que llena en una quinta parte la atmósfera, del que poco nos preocupamos.
Nosotros los más fuertes hoy nos encontramos en nuestras casas, como aislados en cuevas en el cinco mil a.C. Temerosos por una criatura que técnicamente nisiquiera está viva, presurosos corremos a mercados, —estos lugares donde el animal humano haciendo uso de ejemonia y poder intercambia piezas de vamos por productos comestibles y de uso cotidiano variado— desabasteciendolos, comprando sin lógica, con miedo —esa es la verdadera naturaleza del sapiens, la cultura del miedo, por que si tu tienes miedo lo qie debes de hacer es que el resto te tenga miedo a ti y como un milagro, tus miedos disminuyen cuando el resto tiene miedo tu te sientes más grande gusano cobarde—.