Con todo el amor que te tengo,
con todo el dolor de mi corazón,
con toda la virtud que te embargaba,
no pudiste hacer nada y termino el día.
Las cartas serán testamentos,
tus palabras el sonido de mi silencio,
tu figura la sombra de la nube que trae el viento,
tus mentiras el pan de cada día de un hambriento.
El sol será solo un botón sin camisa,
tus pétalos de rosa se caerán con la más leve brisa,
el recuerdo de tu sonrisa se borrará como nuestras pisadas en la orilla.
El pecado que nunca cometimos te despertará por las noches, el hijo que nunca tuvimos te pedirá que lo arropes cuando en el corazón te haga frío.
Y en ese abril de los rencores llamarás a la puerta
y solo atenderá el sonido.