Es raro pensar en ti como un paseo de una tarde, no me veo en camino hacia mi casa con la ropa del día anterior y labial en la solapa, es que no te quiero para ver las estrellas de hoy, te quise para compartir los desayunos en la cama, te quise para las cenas en pijama y las películas a medias. El dolor no pasa de la nada, pero no aceptaré tus migajas, tus llamadas desesperadas en la madrugada, tus gritos de, te extraño cuando bebo y no debo pero llamo igual. Y ya sé que yo lo anhelo, que no duermo bien últimamente, pero es que no puedo aceptar que debo sacarte de mi mente.