Pero esto no nos toma por sorpresa y lo sabemos muy en el fondo, nos cuesta aceptarlo, ponerle palabras a un final ya conocido hace que un contrato que divaga en nuestras mentes se haga tan real como si lo firmara un juez, y si como escribió Neruda, "...Ya no la quiero es cierto, pero tal vez la quiero, es tan corto el amor y tan lago el olvido... " pero ya no estarás, ese contrato se firmó con una lagrima de los dos, sólo queda caminar, caminar en direcciones opuestas con un disfraz que nos cubra de las miradas y oculte de las preguntas y seguir caminando...