Enamorate de mí y vivamos esta hermosa mentira, enamorate de mí aunque sea solo hasta las doce.
Yo vivo enamorado del cabaret de la esquina y le soy infiel con las letras que nacen de la cafeína. Hazme el amor como si fuésemos dos amantes en celo y jurame amor eterno hasta que se aclare otra vez el cielo.
En la mañana te llevaré a casa y lloraré mi duelo por el amor eterno que duró este desvelo.
Vendedora de caricias hagamos de esta noche un juego, yo seré el frío viento del norte y tu la pudorosa Luna cubierta de nubes, soplaré fuerte hasta ahuyentar tus miedos y como acuarelas se verán descubiertas las pecas que te adornan el cuello. Dejaremos que con arte caigan los vestidos y que se escabullan entre los trinos del sereno esos besos furtivos. Le huiremos al sol si es preciso para extender un minuto más este hechizo. Pues la luz trae consigo la inminente verdad, que esta hermosa mentira solo vive en la oscuridad.